Lágrimas

Dios, he borrado tres veces el inicio de esta entrada, y la verdad siento que ahora se me están yendo las palabras, espero que no, siento que tengo muchas ganas de escribir.
Ya estamos en marzo y han pasado muchas cosas, aunque mi afán no es contarles lo que he vivido, si no, lo que estoy sintiendo en estos minutos.
Cuando son las diez de la noche y un poco más y Yann Tiersen está sonando de fondo quise entrar aquí por la misma razón por la que he entrado otras veces:

• ¿Desahogarme?

• ¿Simple charlatanería?

• ¿Hacer el ridículo un par de veces más?

En fin, ya pasó un minuto y siento que no he dicho nada.
Como dije antes, estamos en marzo, he comenzado la vida normal en un año que se ve normal, pero como siempre está ese rayo de tristeza abrazadora que me cuesta tanto soltarla, y que por lo demás, no quiero hacerlo, no por ahora, no hoy.
Ahora me detendré en el título...
Llegué a la parte donde mis dedos comienzan a escribir con las lágrimas rodando por la cara, diciéndome por dentro ¿cuál es la razón por la que me pasan a mi estas cosas?, sin menospreciar a nadie me pregunto por qué esta sensibilidad de las melodías, por que no seré mas fuerte, quizá no quebrantarme sólo por escuchar notas amargas, notas dulces, notas de todo tipo, notas de dolor desenfrenado, notas de calor de amigos.
Una pequeña polilla está intentando carcomer el vidrio de la pantalla y algunos vellos de mi brazo, si me disculpan un minuto.
Muerta.
Qué puedo decir de las melodías, son mi debilidad, son como un tubo de carne central de mi corazón, que reacciona de la forma más inesperada produciendo un cierto desequilibrio emocional y que remecerá alguna parte de mi ser cercana a mi cara haciendo que de mis ojos broten esos pedazos de mi, agua cristalina y amarga que me abandona para sentirme más relajado.
Amigos cibernautas, melancólicos sin remedio... los invito a sumergirse en las aguas del pensamiento y de las emociones.
Con mucha estima para ustedes los que aguantan una lectura sin mucho sentido.

mr. Brook