jueves, 15 de mayo de 2008

Remolinos

Ubi caritas et amor, Deus ibi est. Congregavit nos in unum Christi amor. Exultemus, et in ipso iucundemur. Timeamus, et amemus Deum vivum. Et ex corde diligamus nos sincero.

Cuando uno menos se lo espera, llega el tiempo de decir adiós. De soltar las manos y dejar ir. No me refiero sólo a personas... si no a procesos, a ideas, a sueños, a tu vida. Se me hace muy difícil pensar en que las cosas cambien en 180 grados sin mi consentimiento, no es por ser egoísta, es sólo que la inestabilidad aveces te marca tanto la vida, y sin embargo, sigue sorprendiéndote, haciéndote sentir triste... angustiado.
Aunque el remolino, lo evoco a un momento agradable, ciertamente en mi vida, este remolino se ha vuelto melancólico... y si bien me encanta mi melancolía, me hace sentir muy triste lo que estoy perdiendo. Lo admito, soy un inconsecuente, pero qué importa cuando ves que tus decisiones, otroras correctas, o quizá hoy también lo son, te llevan a ver una realidad que se escapó de tus manos, sin siquiera haber querido controlarla, pero si anhelaste de que fuera como tu querías, sin meter mano en ello, reconócelo.
Hoy me siento triste, por eso escribo.
Pero también hay alegría, por eso también escribo.
En el fondo, bien en el fondo de lo que nos pasa, encontramos que Dios sujeta nuestros pies, es nuestro piso.





mr. Brook